Brillan
entre pinturas y paredes alegres
o quién sabe si tristes
De colores y formas
estèriles e ingratos
De tensiones ocultas
alusivas a la queja aguda
perdida en la historia
en la geografía
de todas las juventudes acumuladas
Brillan sus manos sucias
que dibujan esperanzas
y protestas
Quejas desgarradoras
También desgarradas
mientras dejan su huella en los ladrillos
Y nosotros,
ajenos,
envejecidos en nuestro propio asfalto
los vemos extrañados
a veces con rabia
a veces con risa
con el amor perdido en el tráfico de la tarde
Son ellos el amor
la vida
la fortuna que los adultos
Estúpidos
Inconscientes
Escondimos un día.
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