de aquellas palabras bonitas
que me hacían soñar con flores y vestidos
y mares que se abrían a saludarnos
bendiciendo la unión de lo vivido
Te busco, Compañero, en las promesas
ya distantes, que nunca se cumplieron
en la cuna en mi vientre
y en la boda del aire libre
con el sol ardiente
con el sol ardiente
Te encuentro, Compañero, en los almuerzos,
de dietas y ensaladas
y en el calor tendido de la cama
que abriga nuestras almas
Te encuentro, Compañero, en el día a día
en que la vida pasa apuradita
y en cada despertar, una sonrisa
y cada madrugada,
Una caricia.
Eres y serás siempre arena y brisa
que se van y que vienen en mi pecho
Arremolinas tantos sentimientos
que a veces me da miedo.