lunes, 26 de agosto de 2013

OCHO AÑOS




Ocho años de tu partida abuelo mío
Padre de mi infancia ya lejana
Hombre de ternuras infinitas
Guerrero audaz y amor de mis amores

Estabas ya cansado en la agonía
Tu cuerpo no aguantaba la inclemencia
Enfermo y oxidado te quejabas
Como nunca habías hecho en esta vida
Fuiste tan valeroso como noble
Tan dulce y cariñoso como un niño
Tan grande en tus hazañas como un héroe
Tan buen padre, tan bello, tan atento
Nonagenario abuelo y bisabuelo
de la vida contento

Ocho años han pasado de tu muerte
Y me duele tu muerte como nunca
Extraño tus ronquidos y tus besos
Extraño tus historias de esperanza
De guerras y de paz, de amor y odio
De ganas libertarias y de lucha.

Abuelo, te me has ido y aquí quedan
Tus huellas indelebles y seguras
Tu amor que fue infinito y tus consejos
Tus gestos de príncipe
Tus manos de obrero
Te amo abuelo mío
y en mi mente
te abrazo como siempre
y siento tanto
tu olor a tabaco y a trabajo
y de ese rostro
sonreído tuyo siempre,
un calor inminente.

Ocho años de enterrarte me doblegan
Bandera de la España tricolor
Ocho años abuelo, duelen, duelen,
Bandera de la Patria de acogida
Ocho años y dos metros de tierra
Que cubren las banderas y los huesos
Ocho años abuelo y Venezuela
Con tierra y agua y piedras y cemento
Te abraza para siempre abuelo mío
Te duerme para siempre Venezuela
Te duerme
Y te da besos.

S M




Si algo muy deseado  simplemente no pasa
Ocurre una especie de duelo
Es la muerte de un sueño,
duele y hay que llorarlo
No queda más remedio
Por más natural que sea la muerte
Duele mucho la muerte
Mueren las personas
Mueren los animales
¡Hasta hay cosas que mueren!
Las estrellas se apagan un día
Y,  por desgracia, mueren algunos sueños
Quedando el recuerdo de una historia
tejida en la ilusión
Muerta,
Inconclusa.

Será mejor acostumbrarse a la idea
Y seguir adelante con lo que va quedando
Porque después de muerto y apagado
Ya nadie
Ni nada
Ya ningún sueño
Cobrará la luz que solía tener
Cuando, en vida, daba de beber
A nuestros sedientos corazones
Encendída la vela de alguna
Imposible ilusión.




Nueve


Nueve años
Son un mundo de risas 
de gritos y preguntas
de angustias y de llantos
Y otra vez de risas 
y de susto y de miedos
y de abrazos 
pero siempre de risas

Rozan con sus manitas levantadas
El cielo que baja a mirarlas
y,  mágicas, sus faldas
hacen girar el universo

Ellas son pichones apurados en volar
Dos gaviotas que quieren ir al mar
Dos tortugas que se esconden a veces
Son belleza
Y asombro

Nueve años y mis hijas son cometas
Vida nueva y sorpresa
Sobre todo ternura

Nueve años y el cielo de Valencia
Cubre sus seres
protegiéndome a mi lo más sagrado
Nueve años y el suelo de Valencia
las soporta y apoya
Y la brisa las besa y ellas no dicen nada
Creo que lo saben todo, en su eterna inocencia

Yo las amo y las miro
Y el amor me inunda el pecho de latidos
Que galopan en él con tanta fuerza
Que a veces creo que el corazón revienta
Latidos de vida y a la vez, de muerte
Latidos que ahogan la garganta a prisa
Y de nuevo las miro
Y el amor me inunda el pecho de latidos
De vida
De muerte
Taquicardias de amor se me amontonan
En el pecho vibrante emocionado
Yo las amo y las miro
Y el amor me inunda el alma de latidos

No puedo evitarlo.

Damos Largas


Damos largas
Y la vida va escurriéndose entre nuestras manos
Damos largas
Dejamos que sea el tiempo el que decida
O la inercia
O la nada

Damos largas
Y los sueños se van amoldando a nuevas realidades
Algunos
simplemente mueren.

Damos largas
Soltamos la cuerda y dejamos que la veleta viaje
Que vuele
Donde el viento la lleve
Nos hacemos los locos
Los tontos
Los indecisos
Y al final
Eso
Solo eso somos

Damos largas
Y los días de ilusiones perdidas
se suman acumulando suspiros


Que a larga
pesan demasiado.