Leyendo en tus ojos
a veces tristes,
de hombre asustado
a veces tímidos,
de niño en desconcierto
Encuentro letras
que dicen tanto,
Leyendo en tus manos tiernas
rozan en mi tus pesares
animados quizá por alguna frase
de esas que se te escapan del cuerpo
aún cuando no hablas
y no quieres hablar
Sin embargo,
el silencio,
tu silencio
llega tan suave a mis oídos
como la melodía más exquisita
¿que por qué?
basta con verte
o con imaginar que te veo
y no necesito palabras
ni complejas racionalidades
convertidas en versos
Nada es más tácito
leyendo en ti,
o más bien, dentro de ti,
que el amor este
-calor y lumbre-
que intentas frenar
sin darte cuenta para nada
de lo tarde que se hizo ya para eso.
jueves, 9 de julio de 2009
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