Ayer la luna acompañó mi noche,
el recuerdo, los recuerdos, iban y venían,
algunos acariciaban y besaban,
otros dormían a mi lado,
callados, cómplices, alados,
tuyos
En su pecera, cárcel de cristal,
los peces rojos deseaban
-como todos los días-
su libertad,
aquella que no conocieron nunca
pero que saben,
que intuyen,
existe
Lanzo al viento mi petición,
ruego a todos los dioses con mi deseo
que crece en la misma medida
en que el planeta no para de girar
Es corta la vida para tanto que encierra
la esperanza, la razón de ser: ¡Ojalá!
pero que saben,
que intuyen,
existe
Lanzo al viento mi petición,
ruego a todos los dioses con mi deseo
que crece en la misma medida
en que el planeta no para de girar
Es corta la vida para tanto que encierra
la esperanza, la razón de ser: ¡Ojalá!
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