jueves, 5 de noviembre de 2009

No lo pueden negar

No lo pueden negar
la lluvia terca
ni el tráfico ni el aire enrarecido
ni la mañana gris de esta mañana
ni el cielo, que hoy no aclara.

No lo pueden borrar,
ni el frío en los huesos,
ni el dolor que atraviesa mi alma herida
ni el miedo que se impone en la partida
ni el rostro triste que me da el espejo.

Ni el insomnio,
ni la larga noche,
ni el violento estopor de las verdades
ni la vida, que muere lentamente
ni la muerte, que vive adolescente

No lo pueden tapar con sus colores
la risa, la ternura, la belleza
lo bueno de este mundo y la grandeza
del beso de una madre y su nobleza

La tierra voladora: brisa fresca
los mares y los ríos: naturaleza
no lo pueden cubrir con su entereza

No lo pueden cegar
ni los más grandes
milagros de este mundo en que vivimos
ni el más pequeñito entre los duendes
ni el más grande misterio develado
ni el sol
ni los volcanes
ni la luna
ni lo más obvio ni lo más oculto
ni el ángel protector desde la cuna

Porque es verdad, y late aquí en mi pecho,
vivo o sin su pulso trémulo mi cuerpo

No se puede negar, borrar, tapar,
no se puede ocultar tras ningún velo
Triste o alegre velo: no lo cubres.
No se puede cegar porque está ciego
aunque a sus ojos mira, con anhelo.

Es el amor, que brota a borbotones
de mi ser que le siente, siempre, siempre,
es el amor que nunca, nunca falta
que lo ama hoy y ahora
que le amará mañana.

jueves, 23 de julio de 2009

Todo sigue...

Tantos son los detalles
que han seguido su rumbo:
seguimos encerrando recuerdos
sobre todo yo, ya me conoces,
cierro las ventanas
y me quedo adentro
intentando creer que no pasa el tiempo

Pero afuera, en la calle,
siguen girando las agujas de miles de relojes
y los árboles siguen llenos de pájaros
y los niños siguen creciendo
incluso los míos,
los nuestros

la vida continuó

Y la lora sigue llamándote en las mañanas
y los peces siguen nadando en el agua turbia de la fuente
todo sigue pasando, como si nada
o como si todo
y los cauchos ruedan
y el planeta gira
y los pobres en el mundo siguen siendo pobres
y las revoluciones, siguen cojeando,
porque los corruptos siguen ganando espacio,
y los opresores siguen oprimiendo
y la independencia sigue no existiendo
en ninguna parte de ningún mapa

La derecha sigue su egoísmo
la izquierda, su idealismo
y los ricos, bueno, esos van cambiando
pero como siempre,
pocos nuevos ricos
-estrafalarios y fanfarrones-
y muchos nuevos pobres
- tristes, asustados-

Y el verde pulmón del mundo sigue con su cáncer
y sus metástasis en las aguas
todo sigue su curso loco en las ciudades que conociste
los ríos siguen su cauce,

la vida no se detuvo

Y la gente espera no sé cual milagro
para ver la vida con otros colores
todo marcha normal, todo
en el metro, siguen suicidándose los que se cansan
y en los restaurantes y en los cigarrillos,
los que no se atreven a lanzarse al metro
en fin,

la vida sigue

También hay miles de niños que nacen
bellas esperanzas
nuevas ilusiones y nuevas bodas
Increíble, ¿no?
todavía la gente se casa
y hay castillos, princesas y príncipes
-algunos medio tontos: los de verdad verdad-
en pleno siglo XXI
y lacayos
y esclavos
y racismo
y machismo

También hay belleza, gracias al cielo,
y las maravillas que tú admirabas
y la ternura
y el amor

La playa sigue siendo como la dejaste
y las arenas todas en los médanos de Coro
siguen danzando al ritmo del viento,
y la lluvia sigue inundando el patio que construiste

Todo sigue, más o menos igual,
su curso normal.

Sólo que a los perros les han cortado las melenas,
que en la casa se respira un aire enrarecido,
que tus silbidos no se escuchan, ni a lo lejos,
y que a mi me asusta la vida sin ti.


(Porque,
aunque todo, o casi todo,
siga su destino,
tú faltas en todas, o casi todas,
las partes del camino)

martes, 21 de julio de 2009

cuento infantil...

Una vez una niña se encontró con un príncipe
que no era azul, ni estaba encantado
su color era verde y su estatura gigante

La niña pudo leer de aquel ser sus caricias
porque él las entregaba
escritas y en silencio
entonces, entre letras, supo que él latía
al mismo compás loco
de su propio corazón

Pero un día se atrevieron
a hablar, rompiendo el hielo,
él, tierno como niño
ella, temblando la voz

La niña sintió entonces
más ternura que miedo
escuchándolo atenta, era niña y mujer
y él, hombre hecho voz, ¡era un niño gigante!

Con el verde del hombre, la niña sintió un manto
que la cubría en la noche y oxigenaba el día
y a la estatura enorme de aquel niño pequeño
la cobijó en sus brazos para darle calor

Fue así como los dos
se abrazaron por siempre
sintiendo,
en cuatro manos,
un sólo corazón.

A dos meses sin ti

El mundo gira triste hoy
a dos meses de tu partida
¿recuerdas aquellas lentas horas?
¡Qué rápido pasan ahora!
el mundo gira triste hoy
y yo aquí
a dos meses sin ti
sigo un poco perdida

en la vida

El mundo viene y va
millones duermen o caminan
millones andan y desandan
millones sufren agonías
y besan y sienten y aman

El mundo es duro para tantos
y bello y bueno y malo y feo
todo depende de la vida
y yo aquí
a dos meses sin ti
sigo un poco perdida
y agradecida

por vivir

Le das a tu jardín verdor
miras al horizonte y a la nada
besas en tu eterno amor
en cada pecho que te ama
el mundo gira todavía
y tú allá
a dos meses de nosotros
y yo aquí
sigo un poco perdida
y desvelada
sin ti.

martes, 14 de julio de 2009

Mago

Mago:
Tú que tienes poderes
con tu pluma hechicera
dame de tus sonrisas la más eterna
tú que tienes deberes
dame de ti la obligación más dura
tú que tienes saberes
enséñame el amor que habita en ti
tú que tienes quereres
haz espacio para mi en tus escondites

Por favor
haz espacio...
dame esa sonrisa instantánea
que dura sólo hasta el roce de unos labios
dame el deber que tienes de ser feliz
para hacerte cosquillas hasta lograrlo
déjame que le de amor para beber
a ese amor sediento y desilusionado

Haz espacio para mi en tus escondites
después, vete tranquilo
callado
como la más tierna noche.

domingo, 12 de julio de 2009

cómo no pensarte

Si estás
en cada respiro
en cada batalla que no se da
en cada suspiro

Cómo no pensarte
si vienes en cada momento
recordándome que
la vida es como una ilusión
donde están los que no están
si está el amor

Cómo no imaginarte
durmiendo la vida
soñando que sueñas
besando tus sueños
en cada latido
de mi corazón

Dibujo tu rostro
gentil y elocuente
dibujo tu risa
en mis pensamientos
Estas sin estar
y quiero abrazarte
madre que te has ido
dejando mis sueños
dormidos
dormidos

sábado, 11 de julio de 2009

Después de ti

Después de ti
la vida se me hace tan distinta
que no se muy bien dónde comienza, Madre
dónde termina, Madre
y
en las noches,
el silencio atormenta mis oídos.
Se apuran las mañanas buscando nuestro encuentro,
todo despierta, todo
y el silencio me dice
que tú sigues durmiendo

Todo amanece, todo
y yo no entiendo cómo,
sin tus manos de madre
sin tus pies de mujer
sin tu presencia inmensa
¿cómo ha de amanecer?
la verdad,
yo no entiendo,
ya sabes como soy,
no entiendo de esas cosas,
No son como tú y yo

Te fuiste y te quedaste
te quedaste y te fuiste
y yo aquí, sin tu guía
me hallo un poco perdida
¿Dónde empiezo mamá?
¿dónde acaba el dolor?
si donde empezó todo
donde empezó mi vida
ya todo se durmió

Chica, despierta un rato,
dime dónde comienzo
a caminar sintiendo
que no tengo las piernas
a abrazar sin los brazos
dime, ¿cómo lo hago?

No estás en las recetas
no estás en los regaños
pero estás en el aire
que pesa demasiado


Dormiste
y la luz de tu sueño me desvela en las noches
estás en cada cosa,
vives en cada palabra
conmigo,
con nosotros,
y yo, madre de mi alma,
te siento muy adentro,
me sueño entre tus brazos,
te sueño en mi regazo
y a un tiempo, mientras sueño,
descubro que volamos
tú, infinita en el tiempo
yo, impaciente por verte
tú eterna,
yo a tus pies,
tú, ángel de los milagros
yo, un arlequín callado
que salta por no caer
que ríe por no llorar
que no acepta tus misterios

Que no te quiere dejar

Te fuiste y te acomodaste
entre tantos corazones
que ahora vives más que nunca
pero soy tan egoísta
que no acepto tu partida
te fuiste y te me quedaste
apretadita en el pecho
Flor de Mayo,
amarga y dulce
Flor de Mayo
flor de siempre,

Madre que estás en el cielo

Como en la tierra.

jueves, 9 de julio de 2009

leyendo en tu mirada...

Leyendo en tus ojos
a veces tristes,
de hombre asustado
a veces tímidos,
de niño en desconcierto
Encuentro letras
que dicen tanto,

Leyendo en tus manos tiernas
rozan en mi tus pesares
animados quizá por alguna frase
de esas que se te escapan del cuerpo
aún cuando no hablas
y no quieres hablar

Sin embargo,
el silencio,
tu silencio
llega tan suave a mis oídos
como la melodía más exquisita
¿que por qué?
basta con verte
o con imaginar que te veo
y no necesito palabras
ni complejas racionalidades
convertidas en versos
Nada es más tácito
leyendo en ti,
o más bien, dentro de ti,
que el amor este
-calor y lumbre-
que intentas frenar
sin darte cuenta para nada
de lo tarde que se hizo ya para eso.

miércoles, 24 de junio de 2009

Letras para Luko (leyendo unas palabras para su madre, convertida en luz)

Perdona que lo cuente,
pero,
¿ cómo no hacerlo?
leer tus notas de hijo,
bueno y amante
ha revivido en mi alma
el más hondo dolor
y en mi pecho avivó,
como llama en silencio,
el más tierno,
el más puro,
de mi madre, el amor.

Leer tus notas de hijo,
eso debo admitirlo,
me dolió en los costados,
me atravesó la vida
y es que, cómo negarte,
la ausencia de mi madre,
se refleja en la ausencia
de cualquier otra madre,
y dijo Andrés Eloy,
cuando se tiene un hijo,
es tuyo cualquier hijo
de los que hay en el mundo

¡Se tiene un hijo y zas!
mágicamente,
eres padre de todos
los hijos de este mundo
y si falta la madre
esa que te parió
que te cuidó de chico
que te cuidó de grande
que te dio de su vida
que te amó,
que tu amaste,
tienes entonces Luko,
todas,
todas las madres

Y en la peor de las horas,
si te faltara ella,
cuando falte otra madre
sentirás esa ausencia
tan tuya
tan del otro
tan de todo el planeta

Ausencia que insondable
te fruncirá las cejas
te dolerá en el alma
te arrancará las lágrimas

Elevarás al cielo
plegarias y sonrisas
entre llantos de niño
sin sus manitas puras
sin su pecho,
dos lunas
sin pausas y sin prisas

Y tu llanto de niño
te nublará los ojos
y entre nubes de llanto
mirarás a esa madre,
levantando entre llanto
con recuerdos, con risas
tus dos manos,
ya grandes
de adulto que no sabe
si es niño sin su madre
o es hombre, sin su risa

Infante, que no sabe
si es hombre sin su risa
o es niño,
sin su madre.

martes, 16 de junio de 2009

ojalá sirva... ojalá... creo que
quedó mejor que el de ayer, que escribí con lágrimas en los
ojos, porque yo a Otilio lo amé inmensamente, peleé
por su merecido Premio Nacional de Cultura, lo homenajeé en el Conac, en Conatel, en Cadafe,
en ANTV... a donde llegué a trabajar traté de rendir honor a quien honor merecía
y merece. No hice más porque tuve que dedicarme a cuidar a mi mami, a
quien el llamara en su momento "Flor de Mayo". Mi Flor de Mayo murió
unos días antes que él, y casualmente, cuando tuve que despedirla y
darle las gracias en el cementerio, conté a los presentes que le
pusimos sus canciones de Otilio Galíndez cuando la doctora dijo que
aunque no se movia, ella escuchaba...
El día que Otilio se nos fue, yo estaba subiendo canciones de él al
Facebook, mandándolas a un amigo español, Joan Carlés... otra
poeta, Mariana Libertad, me envió canciones de Otilio grabadas por una
prima suya... todo quedó allí, en el FB, opublicado al mismo tiempo
que el corazón de Otilio decidió no bombear más sangre al cuerpo
cansado del bello maestro.
Bueno, quedan las anécdotas, el amor inmenso, el dolor imposible de
evitar. Y la vida que sigue, dándonos la oportunidad de rehacerla
mientras estemos en ella.
Para mi es un honor, además de
una necesidad, dar a conocer un poquito más de la magia de gente bella, como
Otilio.


El sueño eterno de Otilio

Con profunda tristeza y el amargo llanto de quien siente una pérdida irreparable, comunicamos el sueño eterno de un venezolano que no podrá morir jamás: el compositor Otilio Galíndez, cuyas principales características -además de la calidad irrefutable de su aporte musical- fueron la ternura, la sencillez y el amor, dejó de vivir luego de acostarse tranquilo, a dormir, la noche del 13 de junio de 2009.

Hijo de una humilde costurera, nació en Yaritagua, estado Yaracuy, en 1935. Su tierra natal y el amor a su madre y a sus hermanos, fueron fundamentales para el desarrollo de quien sería, en vida y después de ella, un gran músico y poeta, un amigo fiel, un hijo entregado, un padre dedicado, un hombre enamorado de la naturaleza y de su patria.

Cuando le preguntamos, en 2006, sobre su inspiración primera, él respondió lo siguiente: "las canciones que mi mamá cantaba cuando yo era niño, y que aún canta, tienen una gran categoría, buen gusto, son exquisitas... yo no sabía que en realidad mi mamá me estaba dando una clase de estética, además del placer de la música diaria (...) vino otra mujer hermosa, tan hermosa como ella, fue la madre naturaleza: los ríos, los montes, los campos, la gente, los árboles, las matas, las flores... eso es lo primero que a uno lo asombra y que uno ama, la madre y la naturaleza"

Con sólo ocho años de edad se muda con su familia a Caracas, esto acrecentó en él su amor por le añorado campo del que fue apartado. En la ciudad trabajó en múltiples oficios y con 18 años le toca hacer el servicio militar obligatorio, donde algunos "castigos" lo llevaron a la enfermería varias veces. Es entonces cuando empieza a escribir versos (que luego se perdieron) a su madre, a su pueblo, a la vida que estaba al otro lado de lo que él sintió como un "injusto presidio de los jóvenes del pueblo humilde".

En 1957 comenzó a trabajar como obrero en la UCV, allí lo alentaron a escuchar buena música, a leer y a estudiar. Desarrolló su talento creativo y compuso aguinaldos que grabó por vez primera Rafael Montaño y fueron interpretados por el Orfeón Universitario. Muchas de sus melodías extraordinarias y contagiosas que compiten con la poesía exquisita de sus versos, nacieron en los pasillos y jardines de esa magna casa de estudios, en plenas luchas revolucionarias, allá por los años sesenta.

Otilio trabajó también con la coral de la Compañía Anónima Nacional de Fomento Eléctrico, CADAFE, allí compuso parrandones y aguinaldos que se han convertido en verdaderos emblemas de nuestra música en las fiestas decembrinas.
La obra de Galíndez es tomada por casi todos los intérpretes venezolanos -de distintos géneros- desde mediados del siglo XX: Hernán Gamboa, Morela Muñoz, Juan Carlos Nuñez, Gualberto Ibarreto, Lilia Vera, Miguel Delgado, Cecilia Tood, Ilan Chester, Efraín Silva, Simón Díaz (que interpreta a Otilio sin que generalmente aparezca el compositor), Soledad Bravo, al igual que muchos artistas internacionales como Pablo Milanés, Silvio Rodríguez y Mercedes Sosa han deleitado los oídos del mundo con las composiciones del maestro yaracuyano.

Otilio fue homenajeado muchas veces en las últimas décadas, y el actual Gobierno le dio el Premio Nacional de Cultura, sin embargo, su mayor satisfacción fue el reconocimiento íntimo de la labor cumplida, que no tenía nada que ver con ganancias económicas, pues Otilio Galíndez nunca cobró por la autoría de ninguna de sus obras, que llegaron a ser plagiadas y hasta vendidas por grandes comerciantes de la cultura nacional y extranjera.

En la entrañable casita de Maracay que cobijara a la familia Galíndez por más de treinta años, el aroma de caña fresca, los amargos de mandarina, los charquitos del patio bajo la mata de mango, la ternura del hijo cuidador de la madre, no durmieron con el maestro. Otilio: tus pequeñas maravillas impregnan para siempre el aire de Venezuela, para luego volar, cual cometas, sobre el mundo entero y recordar a quien escuche cualquiera de tus versos, que el ser humano es bello, es noble, es bueno, es sabio, es amante.

Caramba Otilio caramba, lo bello que hubiera sido tenerte cerquita para siempre. Llamarte y encontrarte siempre. Duermes, pero estarás despierto en el corazón venezolano, colándote en todos los sueños con tus aguinaldos, con tus parrandas, con tu pascua, con tu madre, con tu poesía, la del Poncho Andino, la de Son Chispitas, la de La Restinga, la de Catiera, la de Duerme mi Tripón.

Otilio cantó al amor mientras escribió, acarició los más humildes recovecos de la patria con sus palabras, distribuidas sobre papel y envueltas en notas musicales como por arte de magia. Otilio convierte en sublime, o más bien, demuestra cuan sublime puede ser, el cantar de un pájaro, el crecer de una planta o el atardecer... Otilio no duerme, él sueña, sueña eternamente para que su magia se cuele en los sueños de todos.

Un hombre que se refiere al rocío como "perlitas madrugadoras" y al brillo en los ojos de una mujer como "Chispitas" no puede dormirse en la consciencia colectiva, porque la estatura de sus versos, lo dulce de sus expresiones, la belleza pura y simple de lo cotidiano, sumadas todas al amor por la tierra y la vida, no saben dormir, por el contrario, despiertan los sentimientos más escondidos, afloran hasta en invierno, anuncian y provocan vida, incluso después de la muerte.

Caramba Otilio caramba, nos recuerdas a Candelaria, la de los Jardines del Valle, la de tu canción…"no me mires, que mirando se despiertan los amores, y aceleras el latir de mi corazón" , pero tú, Otilio Galíndez, ni dejando de mirarnos, ni cerrando los ojos y durmiendo para siempre, dejarás de despertar el amor y el latir de miles y miles de corazones.

Cónchale, acabamos de cantar Flor de Mayo, pero llegó junio y te dormiste. Caramba Otilio caramba, llegó junio y aquí te nos quedas, para siempre, amor eterno, sueño eterno. Gracias por mantenernos despiertos. Caramba mi amor caramba, ¡Qué difícil resulta despedir a alguien que no puede irse, alguien que nunca se irá!

lunes, 15 de junio de 2009

El sueño de Otilio

Con profunda tristeza, con el amargo llanto de quien siente una pérdida irreparable, comunicamos la despedida de un venezolano que no podrá morir jamás.

Otilio Galíndez, compositor yaracuyano, cuyas principales características, además de la calidad irrefutable de su aporte musical, fueron la ternura, la sencillez y el amor, dejó de vivir anoche, 13 de junio de 2009, después de despedirse de su familia como habitualmente lo hacía en la humilde casa de Maracay que lo cobijara durante los últimos treinta años.

Ayer Otilio fue a la cama a dormir, esta vez, el sueño eterno. Pero un hombre que se refiere al rocío como "perlitas madrugadoras" y al brillo en los ojos de una mujer como "Chispitas" jamás podrá dormir en los corazones de quienes lo conozcan, porque la estatura de sus versos, la ternura de sus expresiones, la belleza pura y simple de lo cotidiano, sumadas todas al amor a la tierra y a la vida, no duermen, muy por el contrario, despiertan los sentimientos más escondidos, afloran hasta en invierno, anuncian y provocan vida, incluso después de la muerte.

La obra de Otilio Galíndez es tomada por casi todos los intérpretes venezolanos -de música popular y otros géneros- desde mediados del siglo XX y por muchos artistas internacionales como Pablo Milanés y Mercedes Sosa. Otilio Galíndez formó parte del Orfeón Universitario de la Universidad Central de Venezuela, institución a quien siempre declaró su amor y gratitud, pues fue allí donde comenzó una larga carrera de éxitos musicales cuyas melodías, extraordinarias y contagiosas, compiten con la poesía exquisita de sus versos, escritos en los pasillos y jardines de esa magna casa de estudios.

Además, Otilio desarrolló una tremenda labor creativa en la coral de la Compañía Anónima Nacional de Fomento Eléctrico, CADAFE, donde compuso muchas canciones que se han convertido en verdaderos emblemas de nuestra música tradicional, como parrandones y aguinaldos que año tras año acompañan al pueblo venezolano en sus fiestas decembrinas.

Fue homenajeado innumerables veces en las última décadas, y el actual Gobierno reconoció su trabajo con el Premio Nacional de Cultura, sin embargo, según sus palabras, el mayor homenaje a su esfuerzo es la cantidad de veces que sus canciones fueron grabadas y el reconocimiento íntimo de la labor cumplida, que no tenía nada que ver con ganancias económicas, pues Otilio Galíndez nunca cobró por la autoría de ninguna de sus obras, que llegaron a ser plagiadas y hasta vendidas por grandes comerciantes de la cultura nacional y extranjera.

Nació en Yaritagua, estado Yaracuy, en 1935, hijo de una humilde costurera de nuestro pueblo. La naturaleza campestre de su tierra natal y el amor a su madre y a sus hermanos Eugenia, Mercedes y Jesús (Chucho) fueron fundamentales para el desarrollo de quien sería, en vida y después de ella, un gran músico y poeta, un amigo fiel, un hijo entregado, un padre dedicado, un eterno enamorado de su patria.

En una entrevista grabada en 2005, cuando preguntamos sobre su inspiración primera, el maestro respondió lo siguiente: "las canciones que mi mamá cantaba y que aún canta, tienen una gran categoría, un buen gusto, son exquisitas... yo no sabía que en realidad mi mamá me estaba dando una clase de estética, además del placer de la música diaria" (...) " vino otra mujer hermosa, tan hermosa como ella, fue la madre naturaleza: los ríos, los montes, los campos, la gente, los árboles, las matas, las flores, todo eso que ayudó a mi mamá cuando estaba pequeña también me ayudó a mi... eso es lo primero que a uno lo asombra y que uno ama, la madre y la naturaleza"

Con apenas ocho años lo arrancaron de su campo acostumbrado y su mudanza a la ciudad de Caracas acrecentó en él el amor a la naturaleza entrañable de sus primeros años de vida. En esta ciudad trabajó en múltiples oficios junto a sus hermanos. Es a los 18 años, cuando le toca hacer el servicio militar obligatorio, que empieza a escribir versos, a su madre, a su pueblo, a la vida que estaba al otro lado de lo que él sintió como un injusto presidio, donde algunos "castigos" lo llevaron a la enfermería en varias ocasiones. Esos primeros versos fueron desechados por el autor, que apenas terminó su corta estadía como "recluta" en espacios militares, comenzó, en 1957, a trabajar en la UCV, donde, prestando servicios como obrero, conoció a personas que lo alentaron a leer y a estudiar, desarrolló su talento creativo y compuso aguinaldos que grabó por vez primera Rafael Montaño y luego fueron interpretados por el orfeón universitario, que los dio a conocer dentro y fuera de nuestras fronteras.

Hernán Gamboa, Morela Muñoz, Juan Carlos Nuñez, Lilia Vera, Miguel Delgado Estévez, Cecilia Tood, Ilan Chester, Efraín Silva, Simón Díaz (que interpreta a Otilio sin que generalmente aparezca el compositor), Soledad Bravo y otros muchísimos compositores y cantantes venezolanos han deleitado los oídos del mundo con las composiciones de Otilio.

Desde su casa de Maracay, el aroma de caña fresca, los amargos de mandarina, la ternura del hijo cuidador de la madre, impregnan para siempre el aire de nuestra Venezuela para luego volar, cual cometas, sobre todo el planeta, y recordar a quien escuche cualquier verso de Otilio, que el ser humano es bello, es noble, es bueno, es sabio, es amante.

Otilio cantó al amor mientras escribió, acarició los más humildes recovecos de la patria con sus palabras, distribuidas sobre papel y envueltas en notas musicales como por arte de magia. Otilio convierte en sublime, o más bien, demuestra cuan sublime puede ser, el cantar de un pájaro, el crecer de una planta o el atardecer... Otilio no duerme, él sueña, sueña eternamente para que su magia se cuele en los sueños de todos.

Caramba Otilio caramba, sueñas, pero estarás siempre despierto en el corazón venezolano, haciéndonos soñar a todos, con tus aguinaldos, con tus baladas, con tu pascua, con tu poesía, la del poncho andino, la de Son Chispitas, la de la Restinga, la de Catiera, la de Duerme mi Tripón.

Caramba Otilio caramba, recordamos a Candelaria, aquella muchacha que vivía en la calle 8 de los Jardines del Valle, a quien le escribiste "no me mires, que mirando se despiertan los amores, y aceleras el latir de mi corazón" , pero tú, Otilio Galíndez, tú ni cerrando los ojos para siempre, ni durmiendo para siempre, dejarás de despertar el latir de miles y miles de corazones.

Acabamos de cantar Flor de Mayo, pero llegó junio y te dormiste. Caramba Otilio caramba, llegó junio y aquí te nos quedas, para siempre, amor eterno, sueño eterno. Gracias por todo lo que tu bella humanidad nos regaló. Gracias por mantenernos despiertos. Gracias. Por tu amor. Por tu humanidad. ¡Qué difícil resulta despedir a alguien que no puede irse, alguien que jamás se irá!

Una canción, que según Lilia Vera es un cuadro, pintado por Otilio... así nos dejas Otilio...
http://www.youtube.com/watch?v=UPGcxmPD10Y

sábado, 14 de febrero de 2009

Amar Volar

Amar... Pero ¿quién ama? Volar... Pero ¿quién vuela?
Conquistaré el azul ávido de plumaje,
pero el amor, abajo siempre, se desconsuela
de no encontrar las alas que da cierto coraje.

Miguel Hernández


Es el amor espuma que crece y que rebosa
espuma que enternece al más vil de los hombres
creo que el amor es lirio
blanco, bello y sublime
que crece en cada cuerpo
que en cada cuerpo vive
pero ha de ser tomado para brindar al otro
acaso al niño humilde
acaso al padre anciano
acaso a la belleza
de conocernos vivos

Es el amor un lirio
que vive en nuestro cuerpo
y abraza entre su tallo
lo más noble del nuestro

Es el amor un lirio
que crece en nuestro cuerpo
y que lo alza en su vuelo
y que le da coraje
y que enciende la furia
del alma más tranquila
y que da paz al ser
del alma más inquieta
y que despierta el sueño
el más antiguo sueño
aquel con que se hiciera
realidad nuestro cuerpo

Es el amor un lirio
que crece en cada uno
y que ha de ser envuelto
como envuelve él su flor
tal vez en otro cuerpo,
con suerte, en otro lirio
para entonces,
sin alas,
sin plumas
ni andamiajes,
subir a lo más alto y
lanzarnos a la muerte
como a la vida misma

Amando,
amando, amando

Amando hasta morir,
hasta morir viviendo
o hasta vivivr muriendo

Sintiendo hasta vivir

y hacer

por un momento
que será tiempo eterno

hacer

por todo el tiempo
que hay en el universo
del tan ansiado vuelo
la realidad de un cuento

¡Volar!

¿Qué no es posible?

Amando lo sabremos.

Mgh
30dic2008