Amar... Pero ¿quién ama? Volar... Pero ¿quién vuela?
Conquistaré el azul ávido de plumaje,
pero el amor, abajo siempre, se desconsuela
de no encontrar las alas que da cierto coraje.
Miguel Hernández
Es el amor espuma que crece y que rebosa
espuma que enternece al más vil de los hombres
creo que el amor es lirio
blanco, bello y sublime
que crece en cada cuerpo
que en cada cuerpo vive
pero ha de ser tomado para brindar al otro
acaso al niño humilde
acaso al padre anciano
acaso a la belleza
de conocernos vivos
Es el amor un lirio
que vive en nuestro cuerpo
y abraza entre su tallo
lo más noble del nuestro
Es el amor un lirio
que crece en nuestro cuerpo
y que lo alza en su vuelo
y que le da coraje
y que enciende la furia
del alma más tranquila
y que da paz al ser
del alma más inquieta
y que despierta el sueño
el más antiguo sueño
aquel con que se hiciera
realidad nuestro cuerpo
Es el amor un lirio
que crece en cada uno
y que ha de ser envuelto
como envuelve él su flor
tal vez en otro cuerpo,
con suerte, en otro lirio
para entonces,
sin alas,
sin plumas
ni andamiajes,
subir a lo más alto y
lanzarnos a la muerte
como a la vida misma
Amando,
amando, amando
Amando hasta morir,
hasta morir viviendo
o hasta vivivr muriendo
Sintiendo hasta vivir
y hacer
por un momento
que será tiempo eterno
hacer
por todo el tiempo
que hay en el universo
del tan ansiado vuelo
la realidad de un cuento
¡Volar!
¿Qué no es posible?
Amando lo sabremos.
Mgh
30dic2008
sábado, 14 de febrero de 2009
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